A propósito del "decálogo" que publicamos ayer, queríamos compartir anécdotas de cuatro periodistas amigos, con respecto a su relación con las consultoras de comunicaciones y las empresas. Las identidades las reservaremos, para no molestar a nadie...
"Hace un par de meses, me llamó la jefa de relaciones institucionales de un famoso banco. Yo había escrito una nota sobre finanzas en la cual me había contactado con una buena cantidad de bancos y otras entidades. Sin ninguna mala intención, a ellos los había `dejado afuera´de la nota. Y esta mujer... ¡gritaba furiosa del otro lado del teléfono! Me hablaba de la jerarquía de ese banco, del trabajo que hacían, de su prestigio en el mundo... y de la caja de vinos que me habían mandado para el día del periodista. Yo trataba de explicarle que sólo se me había pasado llamarlos, que había conseguido las fuentes suficientes para que la nota tuviera credibilidad y validez, y que no era algo en contra de ellos. Pero su actitud realmente fue tan mala, que no dejó a la entidad a la que representa muy bien posicionada frente a mí, ni frente al medio. Y la caja de vinos... se la envié de vuelta al día siguiente" (Redactor de la más vendida Revista de Negocios local).
"Parece que algunas consultoras se están llenando de chicos de 22 a 25 años que recién salen de la universidad, con títulos de Relaciones Públicas o Comunicación Social. Lo que creo es que en general no los están entrenando muy bien... cosas básicas. La semana pasada me llama al diario el empleado de una de las consultoras más importantes del mercado. Me pedía publicarle una información - que no era mala, por cierto - que aplicaba para la sección en la que yo dejé de trabajar... hace ya dos años. Se lo expliqué a este chico, lo más amablemente posible, y le di un simple consejo: que leyera todas las mañanas el diario (sin dejar de mirar las firmas al comienzo de las notas, claro). Es básico, ¿no?" (Editora de uno de los Suplementos del Diario La Nación)
"Lamentablemente, hoy los tiempos nos matan en las redacciones. El día a día nos pasa por encima y esto es algo que las empresas u organizaciones tienen que entender. Hace unos meses, escribí una nota de salud partiendo de un nuevo descubrimiento de científicos europeos. Pero claro, quise consultar a la mayor cantidad de especialistas locales. Saber qué opinaban sobre el tema, y en qué situación estaba Argentina con respecto a esta enfermedad en particular. Tres de ellos me respondieron a lo largo del día y cerré la nota. La consultora de uno de estos médicos (que es el director de una clínica) me respondió dos días después y se quejó por no haber estado presente en la nota... yo sólo le respondí lo que dice Lanata en su publicidad `Un diario es eso, diario. Sale todos los días´. ¡No dos días después para esperar a que un médico te responda dos preguntas!" (Redactora de Sociedad del Diario Clarín)
"Hay algunos especialistas en Comunicaciones que la tienen muy clara. Hacen en general su trabajo muy bien. Y hay algo en particular que a mí me parece destacable: te proponen una nota (en la que está involucrado su cliente), la piensan, y te pasan directamente un título y una bajada. Pensando realmente en el perfil de tu medio, en cómo trabaja. Así el trabajo es más fácil, nos ayudan a nosotros y logran incluso notas de tapa para sus clientes". (Editor del Diario Clarín)
jueves, 18 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario